Conocer al detalle cómo se cultiva una planta de sábila, sus usos medicinales, sus cuidados y las formas sabias de aprovechar los recursos de la naturaleza para cultivar otras plantas y hortalizas como zanahorias, brócolis y lechugas entre otras, es en esencia la experiencia que han tenido los estudiantes de la institución Educativa La Bella.
Aunque el proyecto se viene aplicando hace 4 años aproximadamente, hoy cabe resaltar que se cuentan con registros y acompañamiento de la Secretaría de Educación Municipal, que en cabeza del Secretario Daniel Perdomo Gamboa y parte del equipo de este Despacho, estuvo conociendo de primera mano los proyectos, con articulación con la Secretaría de Desarrollo Rural, y motivando a los estudiantes a que sigan adelante.
“Estamos revisando las experiencias de cada uno, como llevan a cabo sus proyectos que han sido adaptados a la realidad de las comunidades de este corregimiento. Es interesante la forma en que han asumido la articulación de aprendizaje con la realidad económica del sector. Este es un gran ejemplo digno de imitar por otras instituciones”, aseguró Perdomo Gamboa.
El propósito vital de esta iniciativa ecológica es transmitir en los niños el conocimiento sobre estas plantas y, en especial, el uso de las que son medicinales tal como lo hacían sus abuelos para curar malestares y enfermedades. En las huertas escolares tienen zanahorias, lechugas, repollo, brócoli, soya, fríjoles y yuca.
Otros cultivos interesantes que se hallaron en estas huertas son de plantas ancestrales como la cúrcuma el yacón y el sagú, plantas que se habían extinguido en la zona y ahora están en recuperación a través de un conuco de crianza con el que son custodian estas semillas.
“Es un proyecto que ha nacido de la gente, los padres de familia han aportado mucho con sus conocimientos que le comparten a los niños y éstos, totalmente motivados llevan las semillas y cultivan”, explicó Elsa María Villegas, docente de sociales de la institución educativa El Pital y orientadora de agroecología en grados 10 y 11.
“He sido parte activa de la transformación de esta institución en donde se teje una cultura en la que los niños saben que la tierra que habitamos ha sido ocupada desde hace miles de años por otros grupos y que la vivimos solo por un tiempo. Por eso, es nuestra responsabilidad como seres humanos cuidar, proteger y preservar los recursos para las próximas generaciones”, concluyó la docente.